Bendecir puede ser en forma directa o a través de una figura divina. Yo Te bendigo o que Dios te bendiga.
Tener la bendición de los padres genera una protección´dada por el amor más puro.
Darle la bendición a los hijos produce la serenidad de darle la protección divina.
Bendecirse a uno mismo es un acto que nos debe proteger del más duro de los adversarios que, en muchas ocasiones vive en uno mismo.
Bendecir la tierra en la que se vive es demostrar cuanto amamos todo lo que nos da, desde el sustento hasta identidad.
La bendición plantea una focalización positiva de los valores, pensamientos, emociones y comportamiento por parte de quien la da.
Los amores benditos son aquellos que, pese a todas las dificultades que encuentran, siguen siendo amor dando protección.
La bendición es una energía positiva cuyo primer efecto se causa en quien la brinda. Así de simple.
Es muy difícil que tú me maldigas con saña si sabes que yo a ti te bendigo con honestidad.
Bendiciendo lo que se tiene lo más probable es que con inteligencia y trabajo cada vez tengan más prosperidad.
Es mejor enseñar a tus hijos a bendecir lo que tienen que maldecir por lo que carecen. Ese es, de manera simple, el buen camino.
La amargura de quienes maldicen jamás le permite gozar de lo que tienen y obtienen.
- Roberto de Vries
Tener la bendición de los padres genera una protección´dada por el amor más puro.
Darle la bendición a los hijos produce la serenidad de darle la protección divina.
Bendecirse a uno mismo es un acto que nos debe proteger del más duro de los adversarios que, en muchas ocasiones vive en uno mismo.
Bendecir la tierra en la que se vive es demostrar cuanto amamos todo lo que nos da, desde el sustento hasta identidad.
La bendición plantea una focalización positiva de los valores, pensamientos, emociones y comportamiento por parte de quien la da.
Los amores benditos son aquellos que, pese a todas las dificultades que encuentran, siguen siendo amor dando protección.
La bendición es una energía positiva cuyo primer efecto se causa en quien la brinda. Así de simple.
Es muy difícil que tú me maldigas con saña si sabes que yo a ti te bendigo con honestidad.
Bendiciendo lo que se tiene lo más probable es que con inteligencia y trabajo cada vez tengan más prosperidad.
Es mejor enseñar a tus hijos a bendecir lo que tienen que maldecir por lo que carecen. Ese es, de manera simple, el buen camino.
La amargura de quienes maldicen jamás le permite gozar de lo que tienen y obtienen.
"Bendición" Que Dios nos bendiga a todos.